¿Esta su hijo preparado para ir a la escuela?

Por ley, se debe inscribir a los niños de cierta edad en la escuela o un programa alternativo aprobado. En la mayor parte del país, estos requisitos de edad son cinco años para kindergarten y seis años para primer grado. Aún así, las fechas límite, después de las cuales los niños deben esperar hasta el siguiente año escolar para entrar a clases, varían en gran medida.

La idea de que debido a su fecha de nacimiento algunos niños están «preparados para la escuela» y otros no se ha vuelto controversial. Así como los niños empiezan a trabajar o hablar a edades distintas, también desarrollan las aptitudes psicológicas y sociales necesarias para la escuela a edades distintas.

Además, muchos padres y educadores consideran que las escuelas necesitan estar preparadas para los niños. Éste método más reciente enfatiza cómo los programas escolares se pueden diseñar para que todos los niños de edad cronológica que ingresen a la escuela se puedan beneficiar del programa. Por supuesto, la realidad es que es posible que el desarrollo de su hijo y los recursos de la escuela y su adaptabilidad no coincidan.

Cuando esté decidiendo cuándo debe empezar su hijo la escuela, considere las habilidades únicas de su hijo y las circunstancias locales. Reúna la información precisa sobre el desarrollo de su hijo, especialmente las habilidades de comunicación, incluyendo el desarrollo del lenguaje y la habilidad de escuchar; las destrezas sociales y la habilidad de llevarse bien con otros niños y adultos; y las habilidades físicas desde correr y jugar hasta usar un crayón o un lápiz. Hablar con el pediatra de su hijo, el maestro de párvulos y el proveedor de cuidados infantiles puede proporcionarle algunas observaciones e información objetiva y útil.

Es posible que algunas escuelas lleven a cabo sus propios exámenes para evaluar las habilidades de su hijo. Los exámenes denominados de preparación tienden a concentrarse en las destrezas académicas, pero la mayoría generalmente evalúa otros aspectos del desarrollo. Estos exámenes están muy lejos de ser infalibles; a algunos niños que salen mal en ellas aún les va bien en la escuela. Aún así, puede usarlas como uno de los criterios para determinar cómo el desarrollo de su hijo ha progresado en relación con otros niños de la misma edad. Con frecuencia, la propia intuición de sus padres con respecto a las capacidades del niño es una medida exacta sobre qué tan bien preparado está para ingresar a la escuela, particularmente si tiene un hijo mayor con quien haya tenido experiencia.

Cuando usted o la escuela identifiquen algunas áreas del desarrollo de su hijo que parecen quedarse rezagadas, use esta información para ayudarse usted y a la escuela a planificar la atención especial que su hijo pueda necesitar. Compartir la información con el maestro de su hijo y alguna otra persona de la escuela, puede ayudar a la escuela a estar preparada para su hijo. Al mismo tiempo, está estableciendo una colaboración para la educación de su hijo que puede y debe continuar durante toda la niñez.

Los padres pueden motivar el desarrollo cognitivo, físico y emocional de sus hijos antes de que ingresen a la escuela. A los maestros de kindergarten les gusta tener niños entusiastas y curiosos al participar en nuevas actividades, que puedan seguir instrucciones, sensibles hacia los sentimientos de otros niños y que puedan esperar su turno y compartir. Entre algunas destrezas específicas que harán que el primer año escolar de su hijo sea fácil están su habilidad para:

  • Jugar bien con otros niños con las menor cantidad de peleas y llantos.
  • Permanecer atento y en silencio cuando están leyendo un historia.
  • Usar el inodoro por sí solo.
  • Usar cremalleras y botones exitosamente.
  • Decir su nombre, dirección y número de teléfono.

Existen grandes beneficios al leerle a su hijo desde la infancia. Ayude a su hijo a adquirir algunas destrezas básicas, como reconocer y recordar las letras, números y colores. Expóngalo a experiencias enriquecedoras y de aprendizaje como viajes a museos o inscríbalo en programas de ciencia o arte en la comunidad. Para promover el desarrollo de las destrezas sociales, motívelo a jugar con otros niños de ambos sexos en el vecindario y a participar en actividades organizadas patrocinadas por la comunidad.

Algunos padres consideran con determinación retrasar el ingreso de sus hijos a kindergarten. Creen que su hijo puede obtener algunas ventajas y ser más exitoso en los entornos académicos, atléticos o sociales si es mayor que el promedio de niños en su grado. Retrasar la entrada a la escuela para obtener algunas ventajas no es necesariamente una estrategia victoriosa. A pesar de que hay alguna evidencia de que formar parte de los más jóvenes en la clase puede ocasionar algunos problemas académicos, la mayoría de estos parecen desaparecer en tercero o cuarto grado. Por otro lado, existe evidencia de que los niños que son mayores para su grado tienen significativamente mayor riesgo de tener problemas de comportamiento cuando llegan a la adolescencia.