¿Por Qué Es Importante La Sociabilidad En La Etapa Pre – Escolar?

La socialización permite a los niños y niñas elegir con criterio a sus amigos, crear amistades sanas, vencer la timidez, compartir con los demás, trabajar en equipo y otros beneficios.

Nacimos para ser sociables, desde que estamos en el vientre de nuestra madre. Hasta el último día de nuestra vida hemos de desarrollar experiencias socialmente relevantes, de aquí la importancia de enseñar a nuestros pequeños, pautas de conductas para mantener buenas relaciones con los demás, que son la base de una buena inteligencia emocional.

Es muy importante exponerlos desde muy pequeño al contacto con otros niños, preferiblemente de su edad, hay diversas y divertidas formas de hacerlo, por ejemplo organizar una tarde de piscina y de cine e invitar a sus amigos y amigas, celebrarles las fiestas de  cumpleaños”.

Los beneficios de enseñar a los niños/as a ser sociables son inmensos, les es más fácil resolver los conflictos interpersonales, les ayuda a adaptarse a los cambios, son más seguros de sí mismos.

Conforme tu hijo vaya creciendo será colaborador, aceptara ayuda, tendrá control de sus impulsos, no desarrollara conductas agresivas hacia sí mismo y hacia los demás.

Ser sociable, “le permite elegir con criterio a sus amigos, crear amistades más sanas, vencer la timidez, compartir con los demás, trabajar en equipo cuando sea necesario y sobre todo un gran beneficio en su etapa escolar”.

¿Por Qué Es Importante El Kínder?

El propósito de la niñez es de gozar la vida y aprender las habilidades esenciales que nos llevaran a ser adultos sanos, independientes, felices y exitosos ¿Cómo puede ser  que el éxito de un adulto se defina en el Kínder?  Sin duda, las habilidades que necesitamos para relacionarnos con otros, analizar una situación, resolver un problema y crear ideas se desarrollan a lo largo de nuestra infancia y adolescencia. Sin embargo, las semillas para una vida plena las sembramos en la infancia, durante los primeros cinco años de nuestra vida y de la misma manera en que estas semillas germinan – ya sea en un  campo fértil o en una tierra seca – es que se definirá el futuro de nuestros pequeños.

Los niños tienen la oportunidad de gozar de  un día estructurado, de hacer las cosas por sí mismos, de ser responsables de sus cosas y seguir en horario, de tomar turnos haciendo actividades que les son asignadas y de participar en equipo. Las maestras de kínder esperan que las traten con respeto por lo tanto enseñan a los pequeños con el ejemplo: respetando a cada nuño y padre de familia. Es durante estos años que los hijos forman su carácter, independencia, madurez emocional, autoestima, capacidad para socializarse, para persuadir, para enfrentar la adversidad y el gusto por aprender.

Durante los primeros cinco años de nuestra vida el cerebro forma vías que nos ayudan a desempeñarnos, relacionarnos y aprender bien. Los pequeños son capaces de aprender a una razón muy rápida y ellos buscan y necesitan aprender cosas  nuevas, Es por eso que muchos dicen que los niños son como esponjas.

Un ambiente estructurado es vital para los pequeños puedan crecer en un entono lleno de amor, organizado y estimulante  con colores, sonidos, texturas, números, letras, formas, actividades y libros. En el Kínder aprenden esa rutina.

¿A Qué Edad Pueden Ingresar Al Kínder?

 El kínder Hamaquitas cuenta con salas para niños desde los 2 años de edad.

2 años= Pre-nidito       3 años= Nidito       

4 años= Pre-kínder       5 años= Kínder

Cuando esté decidiendo cuándo debe empezar su hijo el Kínder, considere las habilidades únicas de su hijo y las circunstancias locales. Reúna la información precisa sobre el desarrollo  de su hijo, especialmente las habilidades de escuchar; las destrezas sociales y la habilidad de llevarse bien con otros niños y adultos; y las habilidades físicas desde correr y jugar hasta usar un crayón o un lápiz.

Los padres pueden motivar el desarrollo cognitivo, físico y emocional de sus hijos antes de que ingresen al Kínder.  A las profesoras les gusta tener niños entusiastas y curiosos al participar en nuevas actividades, que puedan seguir instrucciones, sensibles hacia los sentimientos de otros niños y que puedan esperar su turno y compartir.